Psicólogo Andrés Villanueva

Por dónde empezar…… Yo llegué a terapia en una etapa donde intentaba rescatar mi matrimonio. La primera etapa de terapia la viví en pareja y como era de esperarse, terminé tomando terapia sola. Yo sufrí violencia física, verbal y psicológica por parte de mi ex esposo, que sufre un trastorno narcisista, además de un duelo por la pérdida de mi bebé a los 7 meses de gestación, más todos esos fantasmas de la infancia y la adolescencia, como falta de autoestima y abandono, etc. La terapia en mi caso duro un año y medio. Durante la terapia pasé por momentos muy dolorosos y al mismo tiempo momentos tan liberadores. No fue nada fácil. Poco a poco Andrés (excelente psicólogo, aunque yo prefiero llamarlo un excelente amigo) realmente me ayudó a darme cuenta de los abusos y agresiones que sufría, los cuales siempre los confundimos con amor, por esa falta de amor propio y no valorar lo que somos cada uno de nosotros. Me ayudó a pasar por ese duelo por la pérdida de mi bebé y poder dejar atrás algunos de esos fantasmas que me perseguían. Ahora me siento una mujer más libre y fuete. Con ganas de comerme al mundo. Aprendí a decir que NO cuando haya algo que no me gusta y a disfrutar cada minuto con las personas que amo. Mi vida ha cambiado muchísimo, para bien, aunque sé que tengo que seguir trabajando, con las bases que ahora tengo. Claro que recomiendo ampliamente a Andrés, me encarta su empatía hacia cada uno de sus pacientes, el interés y compromiso por ayudarnos. Las pláticas con él son tan amenas y divertidas, que nos ayudan a suavizar el dolor y poder ver todos los colores del arcoíris. Solo me resta agradecer profundamente y decirle que espero vernos muy pronto, para poder seguir construyendo mi vida. Un fuerte abrazo.

Después de darme cuenta que mi matrimonio no encajaba en lo absoluto con la idea que la sociedad nos ha impuesto de tener “un matrimonio perfecto”, llegué a la conclusión que debía buscar una mejor manera de comunicarme con mi pareja y eso tal vez podría ser a través de una terapia de pareja, ya que ambos carecíamos de las herramientas necesarias para lograrlo. Pensé que sería mejor si acudíamos con un terapeuta hombre porque tal vez eso podría ayudar en el proceso. Platiqué con mi esposo sobre esta posibilidad y por el bien de la relación, fue que decidimos acudir con Andrés. A partir de la primera terapia sentí que por fin tenía un espacio neutro en el cual ambos nos sentíamos escuchados y no solo eso, sino que podíamos dialogar desde un punto de vista empático. Con el tiempo, establecimos límites, estrategias y acciones que podíamos aplicar en casos de crisis, así como hacernos de las herramientas para no repetir conductas nocivas que solo contribuían a deteriorar nuestra relación. Tras varios meses de proceso terapéutico, nuestra relación no solo se fortaleció sino que cambió completamente nuestra dinámica familiar, y nos pudimos dar cuenta de lo valioso que somos el uno para el otro. Hoy por hoy, sabemos que un matrimonio se construye a través de los años con diálogo, respeto, empatía y paciencia. Agradecemos mucho el haber conocido a Andrés quien supo leernos bien y ayudarnos a trabajar en nuestras debilidades y fortalezas.

Llegué a terapia en un momento difícil de mi vida. Me encontraba triste de que mi relación de pareja no era tan buena y cuestionándome si continuar con ésta era lo mejor. Afortunadamente mi novio también accedió a buscar ayuda e iniciamos la búsqueda de un psicólogo que pudiera atender a parejas del mismo sexo sin temor a sentirnos discriminados. Fue así como llegamos con Andrés. Desde el primer momento fue un ambiente cordial y que me dio mucha seguridad. Con su ayuda, pude darme cuenta de que a diferencia de lo que yo creía, no tenía una buena comunicación con mi novio. Eso nos llevaba a discutir en muchas ocasiones y generaba sentimientos de frustración en ambos, ya que a pesar del cariño que sentíamos el uno al otro, no nos era sencillo solucionar problemas y mucho menos ver a futuro. El proceso no fue rápido y mucho menos sencillo. Aprender a cambiar patrones y conductas arraigadas en uno mismo y sobre todo reconocer que no son las mejores no es bonito ni fácil, pero es muy impresionante ver como conforme van avanzando las sesiones las cosas empiezan a mejorar. Aprendí a conocerme mejor, a expresar exactamente lo que siento, a no guardarme mis emociones y a comunicarme mejor con mi novio. Aprendí que a pesar de tener una pareja somos seres independientes que pensamos y sentimos diferente. Sobre todo, aprendí a respetar sus puntos de vista. Gracias a la terapia de pareja seguimos juntos y debo decir que nunca antes estuvimos tan bien. Esto no quiere decir que no tengamos problemas, pero cuando estos surgen, siempre recordamos todo lo aprendido para solucionarlo. Agradezco a Andrés por sus enseñanzas y por su paciencia. A la terapia por demostrarme que es un proceso eficaz para mejorar múltiples situaciones, y de verdad espero que este testimonio ayude a cualquier persona que se sienta dudosa de acudir a un proceso terapéutico.